En nuestro hogar se prepara un lugar especial y sencillo donde encendemos las velas o velones por los familiares difuntos y las benditas almas del purgatorio. Pero eso no queda ahí. Gozamos misa por ellos, y vivimos ese día más que nunca en común unión. Pero no queda ahí. Tampoco me conformo con que sólo quede ahí. Leemos el catecismo, y otros libros donde con más detalle se habla de la muerte. Donde un director espiritual nos guía y de la mano de Dios y de María profundizamos en toda la liturgia y en lo que se hace en cada momento. Pero tampoco queda ahí solamente.
La música de ambiente en casa sólo cantos gregorianos para este día. Y todo en un ambiente de paz.
Sabemos que son nuestros santos en el cielo. Pero no queda ahí sólo... Ahora en comunión todo el año ya de forma más profunda y especial. Pues caminamos aquí hacia el cielo. La vida comienza aquí, la vida eterna. Vale la pena vivir, vivir en Dios.
SALMO 50Misericordia, Dios mío
|
. |
| . |
No hay comentarios:
Publicar un comentario